Santa Josefina Bakita y Jornada internacional de oración y reflexión contra la trata y trafico de personas

El Papa Francisco ha instituido la Jornada Internacional de oración y reflexión contra la trata y tráfico de personas el día 8 de febrero, fiesta de Santa Josefina Bakhita.
El Equipo No a la trata, de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, ha elaborado un material que pueda ampliar el contenido de las celebraciones que se vivirán en las parroquias y comunidades.
El Equipo agradece todo lo que pueda hacerse para rezar y crear sensibilidad y conciencia sobre este delicado tema de la trata y tráfico de personas.
1.- Recordamos algunos momentos de la vida de la Santa:
Santa Josefina Bakhita nació en Sudan (África) en 1869. A los nueve años fue secuestrada y vendida como esclava varias veces... Nunca consiguió escapar a pesar de haberlo intentado. Sufrió torturas, especialmente con su cuarto amo cuando tenía aproximadamente 13 años.
El quinto amo, un comerciante italiano, la trató muy bien y la llevó a Italia, donde empezó a trabajar para la familia de un diplomático. Con su nueva familia, Bakhita se desempeñó como niñera. En ocasión de que sus amos compraron un hotel y se trasladaron a Suakin, Bakhita pudo quedarse en Italia e ingresó al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia.
Esta congregación, fundada en 1808, es más conocida como Hermanas de Canossa. Fue en este Instituto que Bakhita conoció con profundidad a Cristo. Recibió al mismo tiempo el bautismo, la primera comunión y la confirmación, el 9 de enero de 1890, por manos del Cardenal de Venecia. El 7 de diciembre de 1893, profesó en la vida religiosa.
Bakhita fue trasladada a Venecia en 1902, donde trabajó limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres hasta su muerte en 1947.
El 1º de octubre del año 2000 Josefina Bakhita fue canonizada por el Papa San Juan Pablo II. “En santa Josefina Bakhita encontramos una abogada brillante de la auténtica emancipación. La historia de su vida no inspira una aceptación pasiva, sino más bien una firme decisión de trabajar efectivamente por librar a niñas y mujeres de la opresión y la violencia, y devolverles su dignidad en el ejercicio pleno de sus derechos”.
2.- En las celebraciones de la Palabra o en la santa Misa del día se pueden añadir estas oraciones de los fieles y la oración final.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada intención respondemos: “¡Escucha, Señor, nuestra oración!”
· Por el Papa Francisco y todos los pastores, para que sigan siendo voces proféticas dirigidas a toda la humanidad en su lucha contra la trata y tráfico de personas. Oremos.
· Por las autoridades, para que preocupados por este grave problema, se ocupen y atiendan, con persistencia y seriedad, el drama de la trata y el tráfico de seres humanos. Oremos.
· Por todas las personas que, engañadas con falsas promesas por las redes de trata y tráfico de personas, quedan atrapadas con fuertes cadenas en la prostitución, en las redes laborales, en el turismo sexual, o sufren la extracción de sus órganos. Oremos.
· Por los hogares que padecen la angustia cotidiana debido a la desaparición de sus seres queridos, sustraídos por los traficantes de la vida.
· Para que seamos solidarios y todos encuentren en nosotros manos generosas y corazones atentos que faciliten soluciones concretas, justas y duraderas para todos los que sufren. Oremos.
· Te pedimos consuelo y protección para las víctimas y sus familias; leyes y jueces que garanticen la justicia; condena a los culpables a la vez que conversión de sus corazones.

ORACIÓN FINAL
“Dios de todos los pueblos, despierta nuestros corazones y profundiza nuestro compromiso de trabajar por un mundo donde todas las personas sean libres y capaces de vivir sus vidas con plenitud y alegría.
Te pedimos por la conversión de corazón de los tratantes, el consuelo y fortaleza que sostengan a las víctimas y sus familias y justicia para todos.
Ayúdanos a crecer en la consciencia de que todas las personas podemos luchar contra la Trata de personas.
Concédenos sabiduría, inspiración y valor para ser solidarios, de modo que juntos compartamos la libertad que es un don tuyo para toda la humanidad.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén